Mitigación del estrés por sequía e inundación en plantas de tomate (Lycopersicum esculentum) por rizobacterias promotoras de crecimiento vegetal.

Vanegas Guerrero, Javier | 2019-06

Actualmente, la agricultura ecológica busca obtener productos biológicos que tengan efectos en la promoción de crecimiento de las plantas mediante diferentes mecanismos, mejorando las condiciones del suelo y aumentando la productividad de las cosechas. El objetivo de este trabajo fue determinar la mitigación del estrés por sequía e inundación en plantas de tomate (Lycopersicum esculentum) por rizobacterias promotoras de crecimiento vegetal (PGPR). Para esto de forma inicial se seleccionaron rizobacterias con actividad promotora de crecimiento vegetal en plantas de tomate, posterior a esto se determinó el crecimiento de plantas de tomate al ser inoculadas y sometidas a estrés de sequía e inundación, por último, se comparó la actividad enzimática en suelos con y sin estrés hídrico. Plántulas de tomate fueron inoculadas con quince rizobacterias. Luego de 31 días, ocho aislamientos presentaron aumentos en peso seco de raíz hasta siete veces con respecto al control. El aislamiento LZ30 presentó la mayor actividad arilsulfatasa con un 80,39%. Mientras, el aislamiento LZ10 presentó la mayor actividad fosfatasa ácida y alcalina con un 32,04% y 340,13%. Bajo condiciones de estrés por sequía, los aislamientos LZ5, LZ7, LZ6 LZ62 y LZ63 incrementaron en peso seco de raíz entre el 52-142% con respecto al control no inoculado. El aislamiento LZ6 presentó la mayor actividad fosfatasa ácida y alcalina, con un 309% y 247,96%. Mientras, bajo condiciones de inundación los aislamientos LZ4, LZ38, LZ2, LZ5 y LZ3 presentaron aumentos en peso seco de raíz entre el 50- 78% con respecto al control. El aislamiento LZ4 presentó la mayor actividad fosfatasa ácida (284,63%) y LZ5 la mayor actividad alcalina (345,19%). Estos resultados demuestran que la inoculación de PGPR permite un adecuado crecimiento de los cultivos Lycopersicum esculentum bajo condiciones de estrés por sequía e inundación y aumentan la actividad microbiana en el suelo.